¿Qué sucede si no estableces conexiones con la comunidad?
Por Lic. Jorge Antonio Aguilar Ramírez
Los seres humanos vivimos y sobrevivimos porque nos mantenemos juntos en comunidad. Por ejemplo, donar sangre parte de una verdad indiscutible: solo un ser humano puede salvar a otro ser humano.
¿Has escuchado el concepto tejido social? Este tejido lo conforman diferentes grupos de personas que viven en comunidad, quienes persiguen intereses afines en temas como la salud, la vivienda, la alimentación, el deporte, el arte, el cuidado del medioambiente, entre otros. Se le llama tejido porque, como en la hechura de un suéter, se cruzan muchas personas, historias, intereses, edades, colores de piel, lenguajes, culturas y muchas de las cosas que nos dan identidad.
Sigamos con el ejemplo del suéter tejido: para que se mantenga firme, ajustado, brillante y limpio necesita que se le cuide y se le aseé de forma precisa y constante; si se le jalonea, se deja sin doblar y arrugado, o no se le limpia correctamente, ¿qué le pasa? ¡Exacto! Se pierde su forma, se separan los estambres hasta mostrar huecos muy grandes y, a la larga, esa prenda deja de servir, ya no puede ser utilizada para el fin con el que se le creó. Lo mismo pasa con la comunidad: cuando se descuida su tejido social, se vuelve un suéter con muchos huecos y pierde su forma y utilidad. El descuido y la desconexión de sus integrantes estropea poco a poco la firmeza y hermosura del tejido con el que fue entrelazada.En la comunidad hay muchos factores desfavorables que pueden deformar su tejido social, factores tanto personales como colectivos. Entre los primeros, podemos encontrar apatía, egoísmo, desinterés, desidia, desamor, hostilidad y agresividad; en los segundos está la pobreza, la delincuencia, el crimen, la desigualdad económica, la discriminación y la corrupción.
Una sociedad descompuesta, una sociedad con su tejido social roto es una sociedad quebrada, presa fácil del desorden, la violencia y el caos. Es una sociedad con una débil convivencia, con un sentido de pertenencia e identidad frágiles, lo cual la lleva a la atomización (dividir en partes muy pequeñas) y a su eventual desintegración.
A continuación, te ofrecemos una breve guía para que no permitas que tu comunidad se quiebre o que tú caigas en la indiferencia. Son sencillos pasos que puedes seguir cuando te enfrentas a una situación conflictiva en alguno de los lugares donde has hecho comunidad. Puedes llevar a cabo este procedimiento de manera individual o bien proponerlo a más personas para que trabajen en equipo.
Si te interesa resolver problemas o mejorar las relaciones de tu comunidad quiere decir que demuestras preocupación por las diferentes situaciones difíciles por las que pueda atravesar y actúas en consecuencia de manera proactiva y creativa. Sin embargo, si no logras resolverlo intenta con otras soluciones, pero ¡inténtalo!, y reflexiona:
- ¿Cómo podrías contribuir para que los factores personales y colectivos no amenacen tu comunidad?
- ¿Qué podrías hacer para que el tejido social de tu casa, escuela o colonia se mantenga y vuelva a ser fuerte, seguro y firme?
Recordemos que la convivencia comunitaria implica compartir ideas, sentimientos, conocimientos y proyectos de vida, entre otros, y que se puede practicar en la familia y la comunidad, bajo distintos intereses y objetivos…
Pero esto sucede a partir del intercambio espontáneo, principio del vivir en comunidad y del bien común, dentro de un contexto cotidiano que nos acerque los unos a los otros.