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7. ¡Señales de alerta!

¡Señales de alerta!

Por Lic. Jorge Antonio Aguilar Ramírez

Los seres humanos vivimos mucho mejor cuando pertenecemos a una o varias comunidades en las que desarrollamos nuestras habilidades y competencias, como:

• Comunicación

• Cooperación

• Empatía

• Diálogo

• Amistad

• Generosidad

La comunidad se fortalece por el afecto entre sus integrantes, a través del cual es posible lograr el bienestar común.

Cuando nos desconectamos de las mecánicas y dinámicas propias de la vida colectiva comenzamos a desdibujarnos como personas; es decir, nuestra identidad comienza a ser confusa para quienes nos rodean y poco a poco caemos en indiferencia hacia todo lo que ocurre afuera de nosotros mismos.

Hay situaciones concretas que nos ponen en alerta y nos invitan a reflexionar sobre nuestra participación social como individuos y como ciudadanos. Es importante que identifiquemos cuando nos estamos alejando de quienes conforman la comunidad: familia, amistades, grupos, animales, entretenimiento, arte, cultura o deporte. Estos elementos construyen también gran parte de nuestra personalidad.



Aquí algunas señales de alerta:

1. Lazos emocionales y compromiso

Cuando formas parte de una comunidad, hay valores compartidos, reconocimiento de límites, capacidades, talentos y cualidades por parte de las y los demás hacia ti y de ti hacia las y los demás; si no existen estos elementos, es complicado formar redes de apoyo.

Una señal de alerta es que, cuando estás en alguna dificultad, no hay gente a tu alrededor que te pueda o quiera ayudar.

2. Salud emocional

El aislamiento poco a poco comienza a provocar un sentimiento de tristeza que se va transformando en un estado de ánimo de desolación y abandono. Considera esta situación como una señal de alerta para prevenir la depresión.

Recuerda que la convivencia, el contacto físico (abrazos, besos), la ayuda desinteresada, unirte a campañas de reforestación o limpieza, convivir con tu gente querida, divertirte en grupo (con fines artísticos, deportivos o científicos, entre otros); o colaborar en las mejoras de tu escuela y colonia aumentan la producción de neurotransmisores, como la oxitocina o la endorfina, que producen emociones agradables y generan bienestar y contento.

3. Identidad y membresía

Otra señal de alerta es cuando ya no reconoces los elementos culturales de la comunidad a la que perteneces al negarte o avergonzarte de algunos de ellos o tratas de adoptar otros que te son ajenos.

La dificultad que esta situación conlleva es que las personas de tu comunidad comienzan a desconocerte como un integrante del grupo y, poco a poco, comienzan a alejarse. Esta situación puede provocar que, incluso, tengas que abandonar tu comunidad.


4. Colectividad

Si te alejas o desinteresas de los trabajos que tu comunidad realiza para obtener beneficios comunes, será complicado contar con los demás cuando tu tengas una iniciativa. Esa es una señal de alerta muy clara: perder o que disminuyan drásticamente las convocatorias que realizas.


5. Habilidades emocionales y sociales

La convivencia frecuente y respetuosa permite entrenar de manera constante estas habilidades, desde las más simples hasta las más sofisticadas; es decir, desde el saludo (“buenos días”, “buenas noches”) hasta la comunicación asertiva; desde las formas de amabilidad (“gracias”, “con permiso”) hasta la resolución pacífica de conflictos.

La interacción con otras personas nos permite seguir afinando nuestras habilidades socioemocionales. Una señal de alerta es detectar cuando ya no las llevamos a cabo y nos lo hacen saber.

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Crear comunidad nos da la posibilidad de seguir creciendo como seres humanos dentro de una sociedad que fortalece los lazos entre sus integrantes.

Debemos estar atentos a las señales de alerta que indican una desconexión social, como el aislamiento, la falta de participación y el desapego hacia los demás.