¿Cuál es el beneficio de la actividad física para la salud?
Por Dra. Margarita Safdie Kanan
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las personas deben realizar entre 60 y 75 minutos diarios de actividad física (AF), según su edad, para ser considerados físicamente activos y obtener beneficios para su salud. Aquellos que no cumplen con este criterio son clasificados como físicamente inactivos.
El tiempo recomendado de actividad física diaria se puede cumplir al acumular las actividades físicas realizadas a lo largo del día mediante el transporte activo como: caminar o andar en bicicleta para ir a la escuela o al trabajo, la participación en deportes, el juego al aire libre o dentro del hogar.
Practicar la actividad física contribuye al bienestar:
Al llevar una vida activa y cumplir con las recomendaciones de actividad física, se previenen enfermedades crónico-degenerativas, como:
- Diabetes mellitus.
- Hipertensión arterial.
- Obesidad.
- Algunos tipos de cáncer.
- Enfermedades cardiovasculares, entre otras.
Por otro lado, los estilos de vida activos previenen la desintegración social, el aislamiento y las adicciones. Además, promueven la integración y el desarrollo de hábitos saludables en la comunidad. Investigaciones recientes sugieren que las comunidades físicamente activas promueven diversas actividades de integración y comunicación que dan a las personas mayores oportunidades para ejercitarse y pasar sanamente el tiempo de ocio, lo que fomenta la seguridad de los entornos comunitarios.
No hay que olvidar que al mantenernos activos se retrasan afecciones crónicas asociadas al envejecimiento y mejora la imagen y la confianza.
Estudios realizados en animales y humanos demuestran que la actividad física y el ejercicio cardiovascular producen profundos cambios funcionales y estructurales en el sistema nervioso y en el cerebro en particular.
La mayoría de estos cambios inician a nivel molecular con la liberación de un gran número de sustancias como respuesta al ejercicio, las cuales regulan algunos procesos cognitivos involucrados en las mejoras cognitivas. Por ejemplo, el ejercicio aumenta la concentración y liberación de neurotransmisores como la serotonina, dopamina, adrenalina y noradrenalina, importantes para la modulación de procesos cognitivos como la consolidación de la memoria y la concentración. Otro grupo de sustancias que aumentan con la actividad física son los factores neurotróficos, que inician y modulan adaptaciones supramoleculares, como el aumento del número de neuronas, capilares sanguíneos y conexiones neuronales.
Las personas físicamente activas seguramente incurrirán en menores gastos médicos; también tendrán familias más activas y los hijos de padres activos podrán heredar estilos de vida saludables, lo cual beneficia a la salud y contribuye a la integración familiar sólida.
Niñas, niños y adolescentes de 5 a 17 años
La actividad física para este grupo de edad consiste en paseos a pie o bicicleta, juegos, deportes, actividades recreativas, educación física o ejercicios programados en el contexto de la familia, la escuela o la comunidad.
Las recomendaciones de actividad física para niñas, niños y adolescentes de 5 a 17 años tienen la finalidad de mejorar sus funciones cardiorrespiratorias y musculares, así como su salud ósea y reducir el riesgo de enfermedad crónica no transmisible.
Los adolescentes físicamente activos van a presentar menores factores de riesgo de enfermedades crónico-degenerativas y tendrán una excelente salud ósea gracias al desarrollo muscular. Además, su aprovechamiento y rendimiento escolar aumentará de manera significativa cuando se compara con niños y adolescentes que no son físicamente activos.
Las recomendaciones para este grupo consisten en acumular 60 minutos al día de actividad física aeróbica de manera moderada a vigorosa y de preferencia tres veces a la semana de manera vigorosa para desarrollar y fortalecer el músculo. Si se pudiera hacer más de 60 minutos al día, los beneficios serán aún mayores y no habrá repercusión alguna.
Adultos de 18 a 64 años
Para los adultos de este grupo de edad la actividad física consiste en actividades recreativas o de ocio, desplazamientos por transporte, como caminatas o andar en bicicleta, actividades laborales y tareas domésticas. Las recomendaciones de actividad física tienen la finalidad de mejorar las funciones cardiorrespiratorias y musculares, así como la salud ósea y reducir el riesgo de enfermedad crónica no transmisible y depresión.
Se recomienda:
- Hacer 150 minutos de actividad física aeróbica de moderada a vigorosa a la semana.
- Si se pueden acumular a lo anterior, por lo menos 75 minutos de actividad vigorosa o de moderada a vigorosa, los beneficios serán mayores.
- Incluso, se pueden aumentar hasta 300 minutos semanales de actividad moderada a vigorosa e incorporar dos sesiones semanales de fortalecimiento de músculos.
Los beneficios de la actividad física y ejercicio en adultos son más amplios y permiten que se mejore la calidad de vida al evitar la presencia de enfermedades como la diabetes, enfermedad cardiovascular u osteoartritis, así como las obesidades y algunas enfermedades psicosociales, como la depresión, ansiedad, baja autoestima y cambios de humor.
Para alcanzar las recomendaciones de actividad física, lo más importante es integrar la actividad física programada en la vida cotidiana, a fin de alcanzar los niveles e intensidades recomendadas.
Recuerda que cualquier actividad es mejor que ninguna.
La actividad física es segura para la mayoría de las personas, y los beneficios para la salud superan los riesgos. Las personas que no han sido diagnosticadas con ningún tipo de enfermedad y no presentan síntomas físicos (por ejemplo, dolor de pecho, en las articulaciones o muscular) no necesitan consultar al médico antes de comenzar a ser físicamente activas.