¿Qué sucede si no realizas actividad física?
Por Dra. Margarita Safdie Kanan
La inactividad física es el cuarto factor de riesgo para detonar y desarrollar enfermedades crónicas no transmisibles, y sus niveles se han incrementado de tal manera en el mundo que, incluso, se le considera una epidemia global.
Hasta el año 2018, 5.3 millones de muertes anuales se atribuyen de forma directa a la inactividad física (OMS, 2004; OMS, 2018). Esta cifra es comparable a las muertes anuales atribuibles al tabaquismo en el mundo.
En México, más del 60 % de la población (niños, adolescentes y adultos) no realiza alguna actividad física estructurada (participación en deportes organizados), y más del 70 % de la población adolescente y adulta es inactiva (ENSANUT, 2016, 2020). Cabe mencionar que la prevalencia de inactividad física aumentó de forma significativa debido a la pandemia por COVID-19. Por lo anterior, es evidente la importancia de empezar a activarnos o reactivarnos.
Además, hay que tener en cuenta que la inactividad física es un problema de salud pública que causa entre 6 y 10 % de las muertes por enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) en el mundo, por ejemplo:
- Diabetes mellitus
- Obesidad
- Hipertensión arterial
- Enfermedades cardiovasculares
- Cáncer
Todas estas enfermedades son prevenibles y se corrigen adaptando estilos de vida activos, por lo que, si tú eres propensa o propenso a contraer alguna de estas enfermedades, o ya la tienes, es importante que te actives a la brevedad.
Como seguramente has escuchado, las personas activas reducen entre 70 y 80 % el riesgo de sufrir consecuencias graves relacionadas con las enfermedades crónicas no transmisibles y:
- Previenen el desequilibrio energético
- Controlan el peso
- Mejoran los indicadores cardiovasculares
- Mejoran la condición física, por lo que a su vez mejoran su calidad de vida.
La actividad física es clave para mantener una buena salud mental y mejorar el desarrollo cognitivo. Se ha demostrado que los niños físicamente activos tienen mejor concentración y atención, menos cambios de humor y más motivación para aprender, lo que a su vez impacta en el aprovechamiento escolar y laboral, previene y controla el estrés, la depresión y los cambios de humor.
Cuando nos activamos, no solo aumentamos el rendimiento escolar y laboral, también obtenemos mayores oportunidades escolares y laborales.
Está comprobado: la actividad física contribuye a prevenir adicciones, ya que ayuda a la resistencia de ingerir sustancias no saludables y nos ayuda a dormir el número de horas que requiere nuestro organismo.